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Dieta fértil femenina
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Qué es la dieta fértil femenina
Son simples pasos que toda mujer puede seguir independientemente del problema que tenga (endometriosis, síndrome de ovarios poliquísticos, etc); también puede ser seguida por cualquier mujer saludable que quiera fortalecer su sistema reproductor o esté preparándose para el embarazo.
Existen diferentes estudios -como el realizado por tres médicos de Harvard que derivó en el libro "La dieta de la fertilidad"- que relacionan los hábitos alimenticios que poseemos con nuestra fertilidad.
Pero no solo la medicina tradicional entiende la relación salud y alimentación como parte de la solución de nuestros desequilibrios o como una forma de fortalecer nuestros sistemas. La Medicina Tradicional China menciona diferentes aspectos por los cuales podemos perder la salud: causas externas (climáticas), internas (emociones) y las causas no externas ni internas en las que se incluye la dieta. La Medicina Ayurveda también utiliza a la alimentación como herramienta de cura. En la Medicina Tibetana, uno de los primeros aspectos que se observa del paciente es el estado del sistema digestivo.
La dieta fértil femenina no son más que consejos que parten de las distintas medicinas (occidentales y orientales) para ayudarte a fortalecer tu fertilidad.
Somos lo que comemos. Elijamos con conciencia.
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Por qué 21 días
No hay una explicación científica detrás de esto. La explicación que tenemos es la siguiente:
- El ciclo menstrual es de aproximadamente 28 días, o un ciclo lunar. Los primeros siete días son de reflexión, de encerrarnos en nosotras mismas y pensar. Luego, nos esperan 21 días de acción. Y aquí comenzamos la dieta fértil.
- 21 días es el tiempo en que tardamos en adquirir un hábito según la teoría de un médico cirujano de los años 60.
- 21 días es el número de días que nos comprometemos a comenzar este cambio y punto.
Nada cambia en 21 días si no nos decidimos a cambiar y esa es la realidad. Elegimos 21 días como podíamos haber elegido 30 o 31. O 10. Elegimos 21 días porque tiene sentido para nosotras: 7 días en los que estamos en una situación de reflexión seguido por 21 días de decisión, acción y evaluación. Son 21 días para ser repetidos por 365 días del año. Para ser mejorados y adaptados. Para ser nuestros días.
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Aumentar el consumo de proteínas vegetales
Muchos de nosotros hemos sido criados en dietas omnívoras cuya mayor fuete de proteínas ha sido y continua siendo, la carne bovina, porcina, etc. Aquí no se trata de imponer una dieta vegetariana o vegana; esto queda a criterio y decisión de cada uno. Por este motivo, llamamos esta sección de "aumentar el consumo de proteínas vegetales".
Las carnes consumidas hoy en día provienen de animales que han sido criados a base de hormonas sintéticas que simulan la acción del estrógeno o la testosterona con el fin de apresurar el crecimiento de los animales. Estas hormonas forman parte de los que hoy se llaman "disruptores endócrinos", sustancias químicas ajenas a nuestro cuerpo que afectan el equilibrio hormonal.
Pero...¿cuánta proteína vegetal necesitamos por día?
Se calcula en promedio de 0.8 a 1 gramo de proteína por kilogramo que pesa la persona. Por ejemplo, si pesás 60 kilos (siendo éste tu peso normal dentro de tu índice de masa corporal normal), podés hacer una cuenta de 60 X 0.8= 48 gramos de proteínas.
Proteínas de origen vegetal:
- Lentejas: a cada 100 gramos, 9 gramos de proteínas, 116 calorías.
- Porotos: a cada 100 gramos, 5 gramos de proteínas, 92 calorías.
- Arvejas: a cada 100 gramos, 5 gramos de proteínas, 81 calorías.
- Quinoa: a cada 100 gramos, 14 gramos de proteínas, 368 calorías.
- Espinacas: a cada 100 gramos, 2.9 gramos de proteínas, 23 calorías.
- Brócolis: a cada 100 gramos, 2.8 gramos de proteína, 34 calorías.
- Nuez: a cada 100 gramos, 21 gramos de proteínas, 576 calorías.
- Semillas de girasol: a cada 100 gramos, 21 gramos de proteínas, 584 calorías.
Básicamente, la proteína vegetal se consigue en las legumbres, oleaginosas y vegetales de hojas verde oscuro. La idea no es comer 100 gramos de nueces todos los días pero sí comenzar a combinar productos para alcanzar el nivel correcto de proteínas que nuestro cuerpo necesita y a la vez reducir el consumo de proteínas que vienen de la carne animal.*¿Sabías que una taza de lentejas aporta el 90% del ácido fólico que necesitamos diariamente? -
El Omega 3, nuestro súper-amigo
El omega 3 es un ácido linoleico que nos ayuda a aumentar las defensas, disminuir la grasa corporal y prevenir problemas cardiovasculares. La única forma de incorporar este ácido es a través de la dieta ya que nuestro cuerpo no lo produce.
Las mejores fuentes vegetales de Omega 3 son:
- Espirulina
- Aceites vegetales como el de linaza u oliva
- Semillas de linaza, nueces, chía y almendras.
- Legumbres como la quinoa, los garbanzos y las lentejas.
- Verduras como la espinaca y el brócoli.
- Frutas como la palta y las frutillas.
Las mejores fuentes de origen animal para quien no lleva una dieta vegetariana son:
- Salmón
- Sardina
- Atún
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Integral y no refinado
Cuando hablamos de refinado, hablamos de aquellos alimentos que se preparan con harina de trigo refinada, aquella blanca que ha pasado por un proceso que le quita al grano original gran parte de sus nutrientes (fibra, vitaminas, minerales, antioxidantes y fitonutrientes).
Las fibras son importantes a la hora de mantener nuestras hormonas y la glucosa en sangre equilibradas; ayudan a limpiar nuestro organismo de aquello que no necesitamos. Por eso, siempre que sea posible, debemos dejar de lado los productos refinados y elegir productos como:
- Arroz integral
- Pan integral
- Fideos integrales
- Harina integral
- Cereales (avena, quinoa, etc).
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Fibras, muchas fibras
Las fibras ayudan a equilibrar el azúcar en sangre; las mujeres con Síndrome de Ovario Poliquístico pueden beneficiarse de sobremanera con ellas ya que uno de los problemas colaterales que pueden surgir es la resistencia a la insulina. También, las fibras ayudan a que nuestro hígado realice mejor su trabajo de limpiar el organismo.
Son alimentos ricos en fibras:
- Cereales integrales.
- Legumbres.
- Frutas como las manzanas, las ciruelas y las frutillas.
- Verduras y hortalizas como el brócoli, la zanahoria, el zapallo, la espinaca, la berenjena y el pepino.
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Endulzar sin azúcar
Uno de los grandes enemigos del cuerpo humano es el azúcar refinado. Seguida bien de cerquita, están los edulcorantes artificiales con aspartamo, ciclamato, sacarina y quién sabe qué más. Pero no solo consumimos azúcar comprada por kilo en el supermercado: consumimos azúcar cuando compramos un paquete de galletitas, aquel jugo "natural" de cajita o ese alfajor al que le teníamos ganas. Evitar el azúcar es uno de los grandes desafíos que tenemos al intentar nuestra dieta fértil. Pero...nada es imposible.
Algunas alternativa al azúcar (o para comenzar a disminuir el uso compulsivo de azúcar):
- Miel
- Ágave (substituto vegano de la miel)
- Stevia (edulcorante natural muy consumido por diabéticos)
- Vainilla (pueden ser las vainas o la esencia que puede ser preparada de forma casera)
- Canela (en todo...absolutamente en todo. Y dicen que acelera el metabolismo por lo que hace baja de peso)
- Puré de manzana (en todo producto de respostería posible)
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La vitamina E, la del corazón.
Se considera a la vitamina E como la vitamina del corazón porque si tenemos cubiertas nuestras necesidades de esta vitamina, la posibilidad de sufrir problemas cardiovasculares disminuye considerablemente. La falta de vitamina E puede derivar en un sinnúmero de problemas de salud, entre ellos, de fertilidad. La vitamina fue descubierta en 1922 y fue registrado que las cobayas utilizadas no conseguían llevar a término una gestación por deficiencia de la misma. Por eso, es importante mantener una dieta que nos asegure las necesidades diarias (8 mg).
Algunos alimentos ricos en vitamina E son:
- Aceite de oliva (12,4 mg a cada 100 ml) y de coco (0,28 mg/ 100 ml).
- Frutos secos como la almendra (26 mg/ 100 g), las nueces (24 mg/ 100 g) y el maní (0,5 mg/ 100 g).
- Semillas crudas de girasol (50 mg/ 100 g).
- Verduras como el morrón verde (4 mg/ 100 g) o el rojo (3 mg/ 100 g), espinacas (2 mg/ 100 g). calabazas, berros y tomates (1 mg/ 100 g).
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Iron woman, o la mujer de hierro
El hierro es uno de los minerales principales que debemos tener en cuenta a la hora de...siempre. Siempre tenemos que prestar atención a la existencia de una posible deficiencia de hierro. Diariamente, las mujeres deben consumir en torno de 15 mg de hierro. Cuando existe una deficiencia de este mineral, algunas de las consecuencias son anemia, fatiga, problemas de circulación e incremento del ritmo cardíaco.
Fuente vegetales de hierro:
- Frutos secos como castañas, nueces y avellanas.
- Legumbres como garbanzos, lentejas y porotos.
- Verduras de color verde oscuro: espinacas, brócoli y acelga.
Es importante tener niveles de hierro buenos a la hora de embarazarse ya que el bebé necesita consumir éste (y otros minerales) que tomará de nuestros cuerpos. -
Lácteos...¿sí o no?
Algunos de los productos que más hormonas sintéticas recibe son...los lácteos y sus derivados. Todo lácteo es producido luego de que se le han metido una cantidad de hormonas incalculables a las vaquitas para que continúen produciendo leche. Y lo que la vaquita incorporó a su cuerpo, lo incorporamos nosotros. Son los famosos disruptores hormonales que se meten con nuestros sistema endócrino y le hacen perder el equilibrio. Sin contar, claro, el trato deshumano que reciben nuestras amigas lecheras.
Entonces...¿qué hacer ante esta disyuntiva?
Tenemos varias opciones:
- Comprar lácteos orgánicos, donde no se trate al ganado con hormonas y los animales reciban un trato decente.
- Evitar los lácteos y comenzar a reemplazarlo por opciones veganas (como la leche de almendras, de avena, etc).
- De no ser posible (o deseable) estas opciones, disminuir el consumo de lácteos.
La dietoterapia se refiere a cambiar hábitos alimenticios. Este es uno más.